Ayer tomé dos tapones de oídos, me los puse y fui a comprar al negocio de la esquina, ponerse los audífonos con música no sirve, la idea es escuchar el silencio, en eso casi me atropelló un auto e ignoré como a dos vecinos, que a esta altura deben pensar que me volví engreída.
Parecía que el equilibrio me fallaba un poco, y me sentía insegura de mis movimientos…incompleta...
Al momento de comprar, decidí sacármelos, y no pasar otra vergüenza hablando más fuerte de lo que debería (lo que me pasa seguido sin llevar nada en los oídos) y por otro lado poder escuchar el precio de las cosas…mi conocimiento del lenguaje señas era precario, y estoy segura que el sujeto de polera rockera pensaría o bien que me chalé o que le estoy coqueteando...
Mi sordera fue opcional… bastaba con poner las manos en mis oídos y todo se acababa, que hay de los que no les queda otra opción, es como ser extranjero en tu propio país, saber un idioma que nadie comprende… imposibilidad de cominicarse y de expresar sentimientos, de comprenderlos, una vergüenza de nuestra parte por hacer OIDOS SORDOS al problema.
2 comentarios:
Buena, me golpeaste un derechazo al mentón. Paso por la calle como sabado por la madrugada, deshabitada y sin gente que necesita ser escuchada.
Hoy me propuse sonreirle a mis clientes
y abrir los oídos ;)
Quizás debiese ocupar cotonitos, son más estéticos, just like E.T
Mucho Gusto.
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