domingo, 12 de diciembre de 2010

Seis cosas imposibles antes de cada desayuno.

En Alicia en el país de las maravillas, historia que me dejo “pelando el cable” varios días de la misma semana, lo que favorablemente (o desgraciadamente) fue disminuyendo en intensidad a medida que avanzaba el tiempo. Y tal como toda buena historia que se digne de tal, hay una frase que se quedó alojada en mi cabeza, “hay que creer en seis cosas imposibles antes de desayunar”, la verdad yo no desayuno y por eso finalmente, como el efecto demencial, la frase se quedó sin que la ejercitara, seis cosas imposibles…

Dicen que es la comida más importante del día y cómo me la salto olímpicamente, he omitido a la vez un ejercicio de alimentación mental, seis cosas imposibles puede sonar tan loco como sensato.

Nuestro entorno la mayoría de las veces nos impulsa a ser prácticos, rápidos, metódicos, dejando que nuestro instinto creativo-soñador pase a segundo plano, tercero, o vigésimo noveno, donde en pensar en cosas que no pueden pasar no tiene cabida, a menos que sean cosas que puedan generar dinero, como que un conejo reparta huevos, o que un montón de renos voladores arrastren volando a un adulto mayor con problemas de obesidad abdominal, que es lo suficientemente ágil como para entrar por la chimenea de una casa y dar regalos sin recibir un pago con una tarjeta de crédito o débito, dado que la mayoría de los abuelitos con esas características físicas estaría en su casa, con movilidad reducida y una pensión escasa, que solo le alcanza para vivir. Viéndolo de lado práctico suena sumamente triste, es por eso que tanta gente tiene depresión, estrés y colon irritable.

Mi estomago empieza a rugir pero antes pienso que sería divertido:

1)      Viajar a la universidad en la bicicleta de E.T.
2)      Que llueva de abajo hacia arriba
3)      Que las nubes tengan sabor a algodón de azúcar
4)      Que mi perro hable francés
5)      Un chicle que afine la voz
6)      Unas pantuflas mágicas para viajar en el tiempo.
Mientras miro con alegría mi tazón con cereales y yogurt me quedó pensando en lo agradable de la sensación de despegar unos segundos del piso y que la vida no se resume solo en acciones y pensamientos útiles. La mayoría las cosas simples (llamado por los amargados como inútiles) son lo que nos logran sacar la sonrisa más amplia.

Hay que recordar que: siempre es antes del próximo desayuno, no hay hora específica para soñar un rato.

3 comentarios:

La Ferni dijo...

Alicia, la pelicula nueva o los libros?
Me senti bastante identificada con tu "y cómo me la salto olímpicamente" siempre digo... tengo que desayunar, por eso después ando sin ganas, pero realmente, prefiero dormir ese tiempito extra, antes de levantarme temprano y prepararme un desayuno como lo de los comerciales.

Aunque igual, con o sin desayuno, me doy tiempo para pensar cosas que podrian existir y que suenan desquiciadas :)

Eso, copuchando y comentando.

.opɐʇɹoɔ oǝV dijo...

http://www.youtube.com/watch?v=hnhYK0oi0wU

me dicen alicia y grito patria (mentira)

DINOBAT dijo...

De sueños se vive...la realidad es otra cosa.